18 de septiembre de 2011

VETUSTA MORLA, EN GUADALAJARA

El pasado 16 de septiembre tuvo lugar en Guadalajara un concierto del madrileño grupo Vetusta Morla, al que un servidor, tuvo el placer de asistir.

El recinto, inmejorable, un campo de rugby, con el césped perfectamente cuidado, grandes puestos para comer y beber (había gusa a las 23:00), y el audio del concierto más que decente.

Soy un paquete para calcular el número de personas, pero si que puedo decir que había mucha, mucha gente, de Guadalajara, y de otros lugares como Alcalá de Henares, prueba de que el grupo tiene gran número de seguidores.

El concierto arrancó con una canción de su nuevo álbum, Los días raros, un tema pausado como comienzo.

Pero, al menos a mi, que no los había visto en directo, me sorprendió su fuerza en el escenario, se dejaron la piel y la voz. Una grata sorpresa.

Repasaron casi todo su repertorio de su anterior disco, salvo Autocrítica y Pequeño desastre animal. Con Saharabbey road, el público se volcó (sintonía de El día después), la gente cantando su conocido tarareo, tarareo que sirvió al público como despedida del grupo, mientras ellos les agradecían haber asistido. A mi personalmente me encantaron Salvase quien pueda y Un día en el mundo.

Del nuevo, impresionante El hombre del saco , aunque el cantante, hacia algún que otro movimiento que parecía pensar que iba a bailar La macarena, al decir lo de “tomálo, tomalo”, pero la canción fue con una fuerza increíble, con percusión en bidón metálico incluido. Interpretaron Boca en la tierra, Lo que te hace grande, Baldosas amarillas…Otro momento fuerte fue con Maldita dulzura, que al menos en mi opinión, junto con El hombre del saco son de las mejores de Mapas. Con Maldita dulzura surgió uno de los clásicos de los conciertos, mecheros en manos, o en su caso móviles.

Otra sorpresa grata fue el batería, lo vive, le encanta y lo transmite. El cantante, por su parte, voz fenomenal, y un punto a su favor es que no suelta chapas infumables al publico entre tema y tema, se centra en cantar, interpretar, hablar lo justo, y en hacer participe al personal de la actuación.

La puesta en escena fue sobria, sin alardes de iluminación, ni nada extravagante, lo que importaba era la música, y el público se entrego a unos Vetusta Morla que lo dieron todo.

En fin, que otros ayuntamientos deberían tomar nota del de Guadalajara y llevar, para sus fiestas a grupos de verdad y no actuaciones musicales de la altura de Bertín Osborne con Arévalo (lo digo por Alcalá de Henares)

Id a ver a Vetusta, no os defraudaran.

1 comentario:

  1. Eso sin contar los dos parones que hicieron para que se pusieran las pilas (sobre todo el Pucho, no se si me entiendes, eh tio??) jaja na, pero fue un concierto muy bueno, se nota que son un grupo distinto dentro del panorama musical tanto letrística como musicalmente hablando.

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