4 de agosto de 2011

Rumbo a la Esperanza

El pasado sábado 23 de junio pudimos disfrutar (los pocos que fuimos, sinceramente), de un festival hecho con corazón por una causa solidaria: recaudar fondos para Haití. Parece que fue hace ya un mundo cuando ocurrió el trágico terremoto en ese país, pero las secuelas de entonces todavía se notan hoy, a pesar de que en la prensa haya quedado en el olvido.
Nos plantamos en la plaza de toros de Alcalá de Henares, ciudad que acogió el festival. Pósteres del festival pegados por las proximidades y un cartel que promete: desde Juaninacka a Bajo Mínimos, pasando por raperos locales como Rayden o Res Non Verba. Puedo decir que ese ambiente rapero en Alcalá es la ostia.
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El festival dio comienzo a eso de las 18 de la tarde, pero para esa hora todavía estábamos meditando si ir. Al final fuimos, y lo que nos encontramos a las 19 y algo en la plaza de toros de Alcalá de Henares fue “distinto”. Se escuchaba la música desde fuera, pero no se oía ambiente del público. Al asomarnos, efectivamente, parece que Haití no tira mucho entre la población, y el cartel tampoco fue lo suficientemente bueno como para hacer que se llenara un recinto en el que podrían caber, a ojo, 5000 personas. Es lo que pudimos ver desde que llegamos hasta que nos fuimos, a las 00:30.
De todos los que vimos, y tirando de opinión y subjetivismo, me quedo con Artes y con Hermano L. El primero hizo un concierto muy serio, que no aburrido. Y el segundo animó las almas de los que allí estábamos con sus ritmos reggaes. La parte en la que salió Rayden, que estuvo poco, merece ser destacada por un “a capella”  que se marcó el alcalaíno. Este hombre tiene un don para la improvisación.
Y qué decir de los presentadores. Me centro de Dobleache, que sabe cómo animar el cotarro, y más en su ciudad.
Desde este blog queremos mandar un fuerte abrazo a los organizadores, a los raperos, presentadores, staff, a todos los que se acercaron hasta Alcalá, que se lo curraron mucho y se dejaron la piel en el escenario y en la plaza. En cuanto al público que fue, lo mismo. Pero en Alcalá faltan más eventos de este tipo, y más destacados, que vayan integrando esta cultura en la ciudad.
Y ése es el camino. Rumbo a la Esperanza.

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