Democracia Real Ya!. Lo que hace dos semanas era sólo un pequeño movimiento circulando por las enormes entrañas de redes sociales como Twitter o Facebook, hoy se hace eco internacionalmente. A pesar de que medios como el New York Times han querido ver en ésta una protesta como la de la plaza Tahrir, la realidad es que los motivos son muy distintos. Lo que este movimiento ha promovido es la necesidad de un cambio real en el sistema político y económico de España. Cansados del bipartidismo entre PP y PSOE (recuerda al de los años de Sagasta y Cánovas), y del modelo capitalista, que según ellos, lo único que trae es riqueza para los que ya van sobrados de esta cualidad (banqueros y multinacionales).
Tras este breve resumen de los motivos que llevaron a crear este movimiento, nos tenemos que remontar al domingo pasado, día 15 de mayo. Para ese día, desde las dos redes sociales mencionadas antes, se convocó una manifestación, con el lema “Toma la calle”. La manifestación no fue tan secundada como cabría esperarse, y no quedó en principio más como una anécdota. Pero lo que colmó el vaso fue la detención de 18 personas; y el martes posterior, cuando se comenzaron a establecer las acampadas, que se detuvo a la número 19. A partir del martes 17, en la puerta del Sol, uno de los principales lugares de Madrid, muy transitado por turistas, y enfrente del edificio de la Presidencia de Gobierno de la comunidad, los manifestantes del 15-M empezaron una protesta PACÍFICA (que quede bien claro)
Acampados en Sol |
Lo más impactante sin duda, es llegar y encontrarse con un grupo humano totalmente heterogéneo. Niños con sus madres, jóvenes (perroflautas o no, ¿eh Intereconomía, Libertad Digital?), parados, extranjeros, jubilados…La capacidad de integración entre la sociedad que ha conseguido esta iniciativa es algo que jamás he vivido desde que tengo conocimiento. Los medios la comparan con la revolución de mayo del 68.
Mucha gente dice que esto debería haber pasado hace ya tiempo, pero el cúmulo de acontecimientos que se han dado eran los ideales para que fuera este momento, y no otro: Stéphan Hessel es un nombre con mucha culpa de esta denominada revolución. Este político y militante francés, además de escritor y diplomático, sacó un libro en Francia en las navidades de 2010: “¡Indignaos!”, que fue un éxito de ventas; y también aquí, con prólogo de José Luis Sampedro, otro veterano sin duda, con mucho vivido.
Más motivos: la gente está harta de la precaria situación laboral,económica y política. Los jóvenes, los más afectados por la crisis, fueron los primeros en apoyar la iniciativa, pero es igual porque se han acabado uniendo parados de todas las edades y grupos sociales. Se habla de generación ni-ni, y se han encargado de darle la vuelta al significado de este mal concepto (“Ni PP-Ni PSOE”). Reflejan que los políticos ya no representan al pueblo, ni toman las decisiones basándose en lo que dictan los ciudadanos; que son marionetas de los bancos y las grandes empresas.
Más: Las revoluciones árabes. Probablemente ver cómo nuestros vecinos africanos se han jugado, se están jugando la piel y sus vidas en el intento por cambiar unos gobiernos dictatoriales y que amputan multitud de derechos de sus ciudadanos, ha servido de impulso. ¿Y por qué no aquí? Debió de pensar alguno de los impulsores de Democracia Real.
Islandia: En 2009, la gente de este país llevó a cabo una revolución pacífica para pedir un cambio en el gobierno y buscar culpables de la decadente situación económica entre los banqueros. Tras varios meses de protestas y caceroladas, consiguieron la dimisión del gobierno en bloque, una reforma de la constitución y la detención de varios banqueros, acusados de haber llevado al país a ese extremo.
Pase lo que pase, lo que hemos visto esta semana es algo que tiene que servir de ejemplo para todos. Sobretodo los políticos deberían tomar nota de qué es lo que se queja la gente, porque si la situación no cambia, la gente no va a tirar la toalla, de eso estoy seguro. Por un cambio necesario, y por una democracia real.
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